miércoles, 9 de mayo de 2012

INEFICACIA DE LAS ANTIGUAS INSTITUCIONES CULTUALES. 9,1-10.

 9              1La primera alianza tenía reglas para el culto y el santuario terrestre. 2De hecho se construyó un tabernáculo, el primero, donde estaban el candelabro, la mesa y los panes presentados -éste se llama el Santo- 3y detrás de la segunda cortina el tabernáculo llamado el Santísimo; 4había allí un altar de oro para el incienso y el arca de la alianza toda recubierta de oro; en ésta se guardaban una urna de oro con el maná, la vara florecida de Aarón y las tablas de la alianza. 5Encima estaban los querubines de la Gloria, cubriendo con su sombra el lugar de la expiación. Pero no es ahora el momento de perderse en detalles.
                   6Construido todo de esta manera, en el primer tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para celebrar el culto; 7pero en el segundo entra una vez al año el sumo sacerdote solo y además llevando sangre para ofrecerla por él mismo y por las faltas del pueblo. 8Con esto da a entender el Espíritu Santo que mientras esté en pie el primer tabernáculo, el camino que lleva el santuario no está patente. 9Esto es un símbolo de la situación actual; según él, se ofrecen dones y sacrificios que no pueden transformar en su conciencia al que practica el culto, 10pues se relacionan sólo con alimentos, bebidas y abluciones diversas, observancias exteriores impuestas hasta que llegara el momento de poner las cosas en su punto.

EXPLICACIÓN.

1-10.        Culto ritual y templo de la antigua alianza. La capilla central o santuario del templo de Jerusalén se componía de dos salas; la primera "el Santo", abierta al patio, permitía el acceso solamente a los sacerdotes, para ritos de purificación material; en la segunda, "el Santísimo", separada de la anterior por una cortina y que se consideraba como el lugar de la especial presencia de Dios, sólo podía entrar el sumo sacerdote, una vez al año, para el rito de la Expiación. Según esta disposición, argumenta el autor:

              a) La misma construcción del templo antiguo (cf. Éx 26-26; 30,16; 16,33; Nm 17,8-10), en que el lugar de la presencia de Dios no tenía entrada directa y estaba vedado a todos, excepto a una persona, mostraba que el acceso a Dios no estaba patente (1-5).

              b) Además, el hombre no puede acercarse a Dios mientras la conciencia de pecado lo separe de él, y el culto antiguo (Nm 18,2-6; Éx 30,10; Lv 16,2.14s), que usaba medios materiales, era ineficaz para borrar el pecado. Esto muestra que la religión judía no conocía en realidad la manera de tener acceso a Dios (6-10).

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