lunes, 7 de mayo de 2012

HERMANO DE LOS HOMBRES. 2,5-18.

                  5Porque no fue a los ángeles a quienes Dios sometió el mundo futuro de que hablamos. 6Alguien lo atestiguó en alguna parte diciendo: "¿Quién es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que mires por él? 7Lo hicieste por un poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; 8todo lo sometiste bajo sus pies" (Sal 8,5-7 LXX). Claro que, al someterlo todo, nada dejó de someterle.
                Ahora, es verdad, no vemos todavía el universo entero sometido al hombre; 9pero vemos ya al que Dios hizo por un poco inferior a los ángeles, a Jesús, que, por haber sufrido la muerte, está coronado de gloria y dignidad; así, por la gracia de Dios, la muerte que él experimentó redunda en favor de todos.
               10De hecho convenía que Dios, fin del universo y creador de todo, proponiéndose conducir muchos hijos a la gloria, al pionero de su salvación lo consumara por el sufrimiento, 11pues el consagrante y los consagrados son todos del mismo linaje. Por esta razón no tiene él reparo en llamarlos hermanos, 12cuando dice: "Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré" (Sal 22,23), y en otro lugar: 13"En él pondré yo mi confianza", y también: "Aquí estoy yo con los míos, los que Dios me ha dado".
               14Por eso, como los suyos tienen todos la misma carne y sangre, también él asumió una como la de ellos, para con su muerte reducir a la impotencia al que tenía dominio sobre la muerte, es decir, al diablo, 15y liberar a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos. 16Porque no es a los ángeles, está claro, a los que él tiende la mano, sino a los hijos de Abrahán. 17Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fidedigno en lo que toca a Dios y expiar así los pecados del pueblo. 18Pues, por haber pasado él la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora la están pasando.

EXPLICACIÓN.

5-18.        Nueva diferencia con los ángeles, ahora en relación con el mundo futuro. Paradoja incluida en la cita de Sal 8,5-7: el título que pone a Jesús por encima de los ángeles comportó un abajamiento por debajo de ellos (5-8a); por un poco, sentido posible de la expresión griega, adoptado por el autor.

                El destino del hombre, ser señor de la creación, se ha realizado ya en Jesús, que murió y ha resucitado para que los hombres puedan alcanzarlo (2,8b-9).

               Si era superior a los ángeles, ¿por qué sufrió la muerte? Para que los hombres fueran hijos de Dios y alcanzasen su plenitud (gloria, cf. Sal 8,6s). Prepara el autor las condiciones para el sumo sacerdocio de Jesús: La primera era la "perfección" y "consagración" del sacerdote; lo consumará (10) incluye las ideas de "perfección", "transformación" y "consagración"; la "perfección" del sumo sacerdote judío era la pureza ritual; la de Jesús, en cambio, fue existencial; tampoco su consagración fue ritual como la del sumo sacerdote judío, se hizo por el amor a los hombres, expresado en su pasión y muerte; lo sucedido con Jesús rompe la imagen tradicional del sacerdocio.

             La segunda condición era la capacidad de representar al pueblo ante Dios (11: del mismo linaje); el Hijo no actúa desde fuera de la humanidad, sino identificándose con ella (hermanos, cita de Sal 22,23), aceptando el dolor humano y convirtiéndolo en instrumento de plena realización (12-13). Confirma la solidaridad de Jesús con los hombres mediante citas de Is 8,17.18; con los míos (13), lit "y los niños", en el sentido de discípulos o seguidores, en relación con "pionero" (v.10).

            Sigue el desarrollo de la solidaridad (14-16). El miedo a la muerte era el gran obstáculo a la libertad de los hombres. El único que no merecía la muerte, muriendo le quita su poder y libera al hombre de la última esclavitud (14-15). El texto de Is 41,8-9 (16) insiste en la solidaridad con los hombres.

           Conclusión (17-18): Por primera vez se atribuye a Jesús la calidad de sumo sacerdote, tema que será desarrollado en la carta; cualidades del verdadero sacerdote: ser fiel/fidedigno, por su relación con Dios, para poder reconciliar con él (cf. 1,3); ser misericordioso respecto a los hombres. También el sacerdocio  de Jesús se funda en la solidaridad; su experiencia del dolor le permite comprender el de los hombres; pero su sacerdocio no se limita a la intercesión ante Dios, se ejerce en la ayuda. Esta conclusión prepara la sección siguiente.

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