martes, 8 de mayo de 2012

II. JESÚS, SUMO SACERDOTE FIDEDIGNO Y MISERICORDIOSO. FIDELIDAD DE MOISÉS Y FIDELIDAD DE JESÚS. 3,1-6.

3               1Por lo dicho, hermanos consagrados que compartís el mismo llamamiento celeste, considerad al enviado y sumo sacerdote de la fe que profesamos: a Jesús, 2que tiene la confianza del que lo nombró, como la tuvo Moisés entre todos los de la casa de Dios. 3Es decir, el honor concedido a Jesús es mayor que el de Moisés, en cuanto el que construye la casa tiene mayor dignidad que la casa misma. 4(Porque toda casa la construye alguien, aunque el que todo lo construye es Dios), 5Moisés, además, tuvo la confianza entre todos los de la casa como criado, para transmitir lo que Dios fuera diciendo, 6mientras el Mesías la tiene como Hijo, al frente de la casa, y esa casa somos nosotros, con tal que mantengamos la libertad y el orgullo que da la esperanza.

EXPLICACIÓN.

1-6.          Solemne exhortación a los destinatarios, que señala el comienzo de la segunda sección, casi enteramente exhortatoria. Diferencia entre Moisés y Jesús Mesías: la confianza que merece Jesús es incomparablemente mayor que la que mereció Moisés (Nm 12,7), pues, si éste, como servidor, estaba encargado de la familia de Dios (su pueblo), Jesús, como Hijo, representa a Dios mismo, el constructor de la caza. La comunidad cristiana es la nueva familia de Dios; la esperanza capacita para pertenecer a ella; libertad, respecto a las prescripciones de la Ley; orgullo, sin sentirse inferior a los que viven en la antigua alianza, por conocer la superioridad de la nueva.

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